LIBERTAD DOMADA

Acerca de la solidaridad de aquel hombre frío e insidioso
que me aseguraba que era lo mismo que yo

A él mismo

Yo hablaba de hambre del alma
y tú entendiste ambición,
tu animar de compañero
hería mi corazón,
yo quería el infinito,
tú una buena posición,
yo abría mucho mis alas,
tú me ofrecías prisión,
a la voz de mis entrañas
tu indolencia respondió,
dando el presuntuoso apoyo
que da un hermano mayor
y con palabras muy frías,
buscando mi inclinación
asegurándome que eras
tú lo mismito que yo,
en Facebook te bloqueé
asqueado por tu helor
y hoy lo hice en un digno grupo
como su administrador
porque por segunda vez,
pedías tu introducción
advirtiéndome Facebook
de tu incierta condición,
no es amigo quien no ensalza
ni demuestra su estupor,
el que no se maravilla
no siente ningún amor.

Luis Rafael Garcia Lorente