sábado, 3 de diciembre de 2016

II


A veces se escribe demasiado
y es preferible el desierto silencio,
la callada voz de las cosas
que claman por otra vida en la imaginación
y en las pieles del alma.
A veces es necesario cerrar las comisuras
de los poemas y de las hojas,
para que otra voluntad gane el día,
para que otra esperanza se abra
de par en par
y exija una curva del mundo
que no exista, que sea necesario crear.

A veces, el poema debe tener
más silencio que palabras,
más huecas páginas que ruidos briosos.

PATRICIA COTO -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti  

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