Arrancaste cada pluma de mi cuerpo
para que se esfumaran las ilusiones.
Por los costados.
Tomaste mis alas
y las disecaste.
Ataste mis dedos
al fuego.
Me ultrajaste,
laceraste mi sexo.
Intenté escapar
y desmantelaste mi impulso.
calcinaste mi pico
machacaste mis ojos.
Y te acercaste,
con la lanza de tu verbo
A lijar los corpúsculos que aniquilaste.
Pero luego, te arrepentiste y te marchaste.
...Estaba inmóvil, a mi lado corría el escarlata.
ELSA BÁEZ -República Dominicana-
Publicado en La Biblioteca
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