viernes, 2 de diciembre de 2016

BERLÍN


Hay un muro pegado en mi puerta.
Tiene cadenas que cierran los ojos.
Tiene barro que doblega y arrodilla
Tiene sal por donde sutura la herida.
Tiene cieno para ahogar la súplica.
El color es el mismo, miente con la boca.
Tiene gobierno y ancla maldita.
Tiene el sauce cubierto de espinas.
Tiene la vida atrapada sin motivo.
Hay un muro pegado a mi puerta.
Se convierte en frío sin sangre
en las venas.
Se convierte en hiedra seca cuando
besa sin lengua.
Se convierte en presa que grita sin tregua.
Tiene el muro hambre de guerra.
Tiene el.mensaje encerrado en una botella.

ISABEL REZMO -Úbeda-

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