Denuncia lo malo,
primero lo propio;
exalta lo hermoso;
descabeza al ídolo,
despedaza al fiazco,
desenmascara al facho,
derrumba lo impuesto;
porque mi poesía es como debe ser:
Anarquista y nadaísta,
insoportable,
maleable y rebelde;
más contagiosa que la influenza;
más pegajosa que fantasmita amistosa,
más peligrosa piraña en bañera,
y más sabrosa que Larissa Riquelme.
El Reino de Dios es semejante a un cuerpo orgánico, que una mujer tomó, escondió, y fermentó, hasta que todo hubo alterado, transformado, y contaminado.
SERGINAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario