viernes, 21 de octubre de 2016

CRISÁLIDA


Dios y el Diablo protejan esto
que devengo. Es la hora
de la crisálida, la hora
de la pupa, el envejecer.
Hermes, dónde te encuentras, mi pesado
bromista, dios de la trasgresión
de las fronteras.
Dónde haces que ocurra la
transformación necesaria a través
del más terrible e ineludible
dolor. Rompe los músculos y
la armazón ablanda, para que
escape esa sustancia, que contiene
al Ser que no envejece
pero espantado espera
la última y aparente
ignominia, ese cambio,
infinita aventura, o tranquilo
paseo, que los desinformados llaman
la muerte.

Del libro El jubilado de Alfredo Villanueva Collado -Estados Unidos-
Publicado en Editorial Alebrijes

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