Durante meses mantuvieron con vida artificial a su esposa clonada -debido a una enfermedad progresiva pulmonar- hasta que, un 14 de febrero de 2003, decidieron sacrificarla. Desde entonces, el esposo odia San Valentín y sigue balando por Dolly.
DANIK LAMMÁ -Argentina-
Publicado en la revista Ficciones Argentinas
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