sábado, 3 de agosto de 2013

CHACHALOVE Y LAS BOLAS DE CRISTAL.

(El literato,
el señor cabrón
y el religioso.)

Hoy toca limpiar la casa
¡por Dios!
fuera la mugre
hoy sí que toca.

Y ahí abajo
en la mazmorra
todos nosotros
dentro de mí
aullamos
¡Oh Cielos qué horror!
esto es peor
que  luchar  contra la Hidra
¡Socorro!
¡Piedad!
entonces aparece:
no Míster Músculo*
con más culo que cerebro, sino
el Hada de la Claridad
reflejando azules transparecias
pintándolo todo
con nieve:
“Cuando hayas conluído
lloverá para ti una gracia.”
FFFFFFFFFFFFFFFFF
ffffffffffffffffffffffffffff+
Me pongo en el asunto.

Eternidades después
hasta el inodoro
reluce sonriendo
en espera de sus desatentos huéspedes.

Reclamo mi premio
El hada rodea el espacio con los ojos
y dice al fin:
 –Ahora  parece un chiquero adorable,
  y supongo que un poco de polvo
no le hará mal a nadie.
Recibe mi merced:
limpus  volimpus
zacah latrakah:
 “que la casa quede
 más o menos siempre así!”
la varita dibuja
un círculo brillante por el aire
y una melodía
me cubre dulcemente:…..
mientras me balanceo al compás
con los ojos cerrados
como una serpiente
 fuera de la canasta
“no tendrás que limpiarla
nunca más……..
no…..no……no…
nunca jamás,
Que lo disfrutes……”

¡Oh my Lord !

Estremecido por un rayo amarillo
y plateado del más puro amor
de rodillas, postrado caigo
de feliz emoción llorando:
¡Oh bendita tú seas entre todas
las hermosas hadas del Paraíso,
tú la más hermosa……………………………
¡Oh,  Hada de la Claridad
aún entre las sabias, afortunada!
Velas, rosas y bombones
para tu santo
por fiel y por seguro.

LEO MORGAN
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 33

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