viernes, 30 de agosto de 2013

VOLAR LIBRE

Había una vez, una familia  que vivía en una ciudad muy bella, donde los edificios eran  altos
y los arboles parecían gigantes verdes…
Por las calles, transitaban veloces los autos, y en las noches, la ciudad iluminada, era  igual a un cielo llenito de estrellas. Allí  Vivían tres niños con sus padres, Bryan,  Arletty  y Amanda.
Estos muchachos, deseaban ir de paseo al campo, disfrutar de la naturaleza, por eso, dibujaban los árboles, las montañas, los ríos, las flores, en fin, ese era su mayor anhelo, estar   un lugar donde pudieran correr libremente lejos de los peligros de la ciudad.
Un día, la mamá descubrió los dibujos. ¡Eran hermosos! No sabía que sus hijos dibujaban así por eso pegó todos los dibujos en las paredes del cuarto.
Cuando Bryan, Amanda y Arletty  llegaron de la escuela…¡Que alegría! Comenzaron a preguntarse, quien habría pegado sus dibujos en las paredes.
Seguro fue papá dijo Bryan
Sí, creo que sí afirmó Amanda.
Mamá es la que siempre recoge las cosas quizás fue ella quien los pegó, agregó  Arletty.
Pero ahí estaba mamá, observando los rostros alegres de sus tres hijos, y sin pensarlo les preguntó.
¿Les gustaría ir de paseo al campo?
A papá no le gustaría,es un lugar muy lejos de la Ciudad, dijo Arletty
Quizás nos lleve, pensó Amanda.
Nos llevará afirmó Bryan.
…Y la familia, fue de excursión al campo.
Llevaron pasteles, jugos, manzanas, y hasta un delicioso almuerzo. Salieron de casa muy tempranito, tan temprano que al llegar - el sol llegó con ellos- pues a lo estado escondido  detrás de una Montaña.
A penas los muchachos bajaron del auto, comenzaron a jugar, se escondían detrás de las altas piedras, corrían, en verdad –es hermoso el campo lejos, lo vieron salir, como si hubiese -y ellos lo estaban disfrutando así, lo habían imaginado, la brisa jugaba con sus cabellos y les acariciaba las mejillas y el sol les ponía rosada la piel y le corrían detrás a las mariposas, y todos los sonidos de las aves, los muchachos los escuchaban con mucha atención, para ellos era como un canto a la libertad.
Así transcurrió el tiempo, tan veloz, que cuando sus padres  los  llamaron  para almorzar, -pues no sentían apetito-, de todas formas,  la familia se sentó sobre la yerba fina, a disfrutar de un delicioso manjar, bajo la sombra de un frondoso árbol.
Papá y mamá comieron mucho, estaban cansados, por eso, quedaron profundamente dormidos.
Mientras los niños, se preguntaban…¿qué recuerdo llevarían a casa?
-Amanda, recogió bellas florecitas, para ponerlas dentro de un libro y conservarlas
-La piedrecita de Arletty, le había concedido varios deseos.
-Bryan, cazó un lindo pajarito azul, y lo guardó en un cajoncito lleno de huequitos.
-Pero  Bryan,- se sentía triste-, igual que su pajarito azul, que apenas picaba un granito de alpiste y no bebía el agua.
Una noche los muchachos por mucho tiempo.
-Arletty, una Hermosa piedra del río, que según ella ,sería como un talismán que la acompañaría toda la vida que respirara.
Por fin, emprendieron el regreso .
… Papá compró una linda jaula, donde viviría el pajarito azul, en la casa de la Ciudad.
Habían transcurrido, muchos, pero muchos días, después, del paseo al campo.
-Las flores de Amanda, ya estaban secas dentro del libro estaban en el balcón de su casa, desde donde podían ver, toda la ciudad, pero no estaban felices y se preguntaban:
-¿Por qué  estará  tan triste, el pajarito azul?  -Es tan bella la ciudad!
 Arletty, que era la mayor de los tres hermanos, dijo:
-Bryan, ¿que fue lo que más te gustó, del paseo al campo?
Bryan quedó en silencio unos Segundos y respondió …todo.
¿Qué es todo? … insistió Amanda.- Me gustaron los árboles, el río, el canto de las aves, las mariposas, y correr, si, correr fue lo que más me gustó…me sentí tan libre.
Entonces el comprendió que su pajarito no estaba enfermo, solo deseaba ser libre, Bryan  corrió hacia la jaula,abrió  la puertecita … y  el  pajarito  azul, voló muy alegre y se perdió entre los altos edificios y cuando movía sus alitas …los niños sabían que el pajarito azul, les  estaba diciendo adiós.

Del libro “Sueños de una abuela de LÁZARA NANCY DÍAZ -Estados Unidos-

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