martes, 6 de agosto de 2013

EL BAILE

Cuando en la noche bailamos desnudos
desnudos hasta de nosotros mismos
vivimos en la música como en una dimensión
donde el espacio y el tiempo no existen:
somos como dos llamas
de un fuego que no tiene principio ni fin.

Cuando miro tu rostro incendiado por el orgasmo
tus ojos son una ventana
a través de ella me veo a mí mismo
en ese punto donde se anudan la vida y la muerte.

Suelo ponerme celoso
como si fueras una hermosa estrella de cine
asediada por camarógrafos admiradores y seductores
En realidad no eres más que una hermosa mujer
sencilla y tierna
pero mis celos son complicados y violentos.

No son fieros soldados enemigos
los que tratan inútilmente de emboscarnos
y quisieran darnos muerte con su artillería
para reconquistar sus territorios perdidos.

Mi amor
los que fieros nos atacan son el desamor
el vacío existencial y la desesperanza
ellos no perdonan que los hayamos
expulsados de los territorios
que juntos habitamos.

¿ Es acaso el poder purificador del fuego
que deja puros los metales
lo que me transforma cuando después del amor
me siento más joven más limpio
y con muchas más fuerzas para vivir la vida ?

Osvaldo Ulloa Sánchez -Santiago (Chile)-


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