martes, 6 de agosto de 2013

TRANSMUTACIÓN

El Café, deslucido, indiferente.
De un lado el mar, del otro los balcones
de la plaza, amparando a los gorriones
de la lluvia tenaz. Lejos, el puente,

durmiéndose en la niebla. Era un ambiente
de soledad, de ambiguas sensaciones.
Y al llegar tú, un enjambre de canciones
pobló la escena, yo exclusivo oyente.

En torno a ti entrañable magnetismo
de presencia y palabra, que yo mismo
intenté vanamente descifrar.

Tal vez era una luz, o una armonía,
o un temblor, o tal vez mi anatomía
con la tuya intentó sincronizar.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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