Cuando no haya a quien amar,
sólo,
sólo quedarán los versos que escribí.
Cuando todo pase y me quede sola, no habrá besos nuevos,
pero,
pero los que nos dimos permanecerán conmigo para siempre.
Pasará,
pasará todo lo que un día fue nuestro.
Y sólo quedará una huella
íntima,
una estela incomprendida para los otros.
¡Qué pase todo!
¡Qué pase!
Es inútil resistirse.
Me río,
me río del olvido.
No.
No, para nosotros no, no hay ley severa.
Mis versos,
Mis versos, mis besos,
Mis versos, mis besos, serán eternos
porque surgieron,
porque los lleva el viento
Algo que no se toca.
Publicado por
MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO (Castelldefels) en su blog dondehabiteelolvido-airama
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