Las paredes se van estrechando cada vez veo más nítidos los dibujos en la cal una mancha que recuerda un perro con una pata levantada huelo la humedad las paredes me van cercando voy encogiéndome estoy sentado y mis rodillas me llegan casi a los ojos, las grietas de las paredes golpean mis sienes, huele a humedad y a pozo mis codos se me clavan en las costillas. El blanco de las paredes laterales del techo que se acercan desde el suelo hacen que la nuca me duela, agacho la cabeza y subo los hombros sin querer me falta el aire aún así, huelo la cal, empiezan a palpitarme las venas del cerebro, ya no puedo apretarme más. Parece como si el que creciera soy yo. Empiezo a sudar. Ahora es como si un ascensor se hubiera descolgado y caigo y caigo y tengo la sensación de que voy a morir aplastado. Tiemblo. Todo se convierte en una caja minúscula y yo, dentro, siento que mis huesos crujen. Tengo miedo.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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Hace 15 horas
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