Vine involuntariamente
y me encontré, de pronto,
en medio del silencio.
En la ventana amplia
asoma una estrella,
lejana,
leve.
Hay no sé qué castillo
de músicas,
qué multitud de lágrimas,
que resbalan
y envuelven mi latido hondo.
Hay no sé qué extraño
presentimiento de mí mismo.
Del libro El silencio se estremece de
ANTONIO ABDO
Publicado en Cuadernos de las Gaviotas
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