martes, 15 de enero de 2013

TALLER LITERARIO


TERCER TEMA

LUCES EN LA OSCURIDAD

Era un día normal, estaba amaneciendo, Geni había dormido mal. Quería dormir un poco mas, la misma inquietud que la despertó no la dejaba conciliar el sueño.
De nuevo cerró los ojos intentando dormir. Todo era inútil  no le fue posible . Abrió los ojos y un temblor frío la sacudió; no veía nada Hacía un rato que era de día. ¿Por qué estaba todo tan oscuro?
Encendió la luz de la mesilla, pero la habitación estaba igual. No veía nada.
Busco a tientas su móvil, como pudo llamó a su padre.
El le dijo que se tranquilizara, que iba buscar a un medico e irían enseguida pero que no se moviera de la cama no fuera a caerse.
Llegaron en pocos minutos, que a ella se le hicieron horas por la tensión que tenía.
El medico, después de mirar sus ojos detenidamente. Llamó que viniera una ambulancia.
Tenía  desprendimiento de retina. La operaron y le dijeron que no se quitase las vendas hasta que volviera el operador,  Pasados unos, días según le iban quitando el vendaje empezó a ver destellos luminosos. Luego según se tranquilizaba empezó a ver luces en la oscuridad. Todo estaba de nuevo bien,
Saltaba de alegría de volver a ver.

Pilar Sánchez Barcia

LUZ Y OSCURIDAD

El barco sale
de las luces del puerto
hasta la oscuridad
expectante del mar.
Mirando desde la popa
retrocede hasta que solo
parpadean las luces
como miríadas de estrellas territoriales.
Detrás del barco
solo el fantasmagórico resplandor
de su estela
ilumina la noche.
Enfrente del barco no hay luz
solo la sensación
de entrar en un mundo
de movimiento y negrura.

ANNE SAMPSON

LUCES EN LA OSCURIDAD

Por mi camino voy a ciegas
tus ojos eran mi luz,
ahora estoy a oscura
desde que te fuiste tú.
En un túnel sin salida
la oscuridad me encuentro,
mis ojos buscan la luz
pero solo escucho el silencio.

Veo antorchas en el camino
son luces que parpadean,
¡corro precipitada! Pero…
veo que se alejan.

Mis ojos están cansados
de buscar en el camino
una luz que me ilumine
pero nunca lo consigo.

Cuando a lo lejos veo luces
en la inmensa oscuridad
son tus ojos negros
que me vienen a buscar.

Gracias, ¡me he despertado!
¡Solo había sido un sueño!
Ahora miro el verde del prado
el azul del mar o el cielo.

LOLI BRENES RODRÍGUEZ

LUCES EN LA OSCURIDAD

Todo en mí era sombrío.
Todo a mi alrededor era oscuridad
hasta que me iluminó una luz.
Un brío que me atrajo,
unos pequeños candiles
con un brillo especial.
Eran tus ojos
las luces que alumbraron
mi oscuridad,
los que me salvaron de esta
sumisa soledad
y los que me hicieron ver
en el fondo del túnel algo
de claridad.

CARMEN PÉREZ MARTELL

LUCES EN LA OSCURIDAD

Oscuridad absoluta, no se ve ninguna luz, ¡negrura, cuanta negrura! Sin embargo, a medida que transcurre el tiempo parece que se aclara, se mitiga. Siempre pasa lo mismo, quizá me voy acostumbrando, pero ya no está todo tan negro. ¿Es quizá el tiempo. De nuevo el tiempo, que nos hace que veamos luces en la oscuridad?
O puede que sea de noche, sin estrellas ni una luna que pongan luces en la oscuridad.
Pero, ahora…, ¿qué ha pasado?, ¿es de día? No, ¡es tu imagen, tu presencia, que pone luces en mi oscuridad!

CONCHA GOROSTIZA

LUCES EN LA OSCURIDAD

Cierro los ojos, oscuridad
pero en mi mente y en mi alma
tan brillante, siento claridad.
¡Claridad nunca olvidada!
Luces en la oscuridad
que, en la vida nos acosan
sin poderlo remediar.
No estoy triste, estoy alegre
mis ojos abro, ahora lo puedo mirar.
¡Luces, luces, estoy alegre
dentro de la oscuridad!

CONCHA GOROSTIZA

LUCES EN LA OSCURIDAD

Manuel nació en un pueblo pequeñito de México en el seno de una familia de emigrantes andaluces. Él era el tercero de cinco hermanos, tres niños y dos niñas. Desde muy niño se le notaba el espíritu aventurero, lo llevaba en la sangre. Era un niño vivo, inteligente y poco hablador. Fue a la escuela como un chico normal de sus tiempos. Terminó el graduado y se colocó en una carpintería de aprendiz, no tenía diecisiete años. A los dieciocho ya era un profesional. La agricultura la entendía. Su padre era agricultor y él cada vez que tenía tiempo libre ayudaba a su padre en el trabajo.
Manuel en su pueblo no veía claridad, solo oscuridad, nada de luz, ni futuro, nada de progreso, su pueblo estaba muerto.
Él solo quería emigrar. Ahorró un poco de dinero sin que lo supiera su padre y emprendió un largo viaje a los Estados Unidos. Llegó a un pueblo de la frontera, buscó a la mafia y ésta lo llevó por un túnel de unos doscientos metros de largo. Él no podía ver nada solo oscuridad y a la salida del túnel vio luces. La policía de la frontera le dio el alto y él y sus compañeros no hicieron caso. Un gringo apretó el gatillo dándole a Manuel un tiro en la espalda cayendo en la oscuridad de la muerte con sus ojos llenos de luz.

ANTONIO BASALLOTE

LUCES EN LA OSCURIDAD

En la vida no todo son luces,
hay también oscuridad.

La vida es suerte pero no te quedes dormido.
La oscuridad vencerla y verás luces.
La luces consérvalas.
La oscuridad es tenebrosa.

Luces yo vi en la oscuridad. Yo tuve suerte.
Hay quien vino a este mundo y nunca vio luces.
Este vivió en la oscuridad. Ya tuvo mala suerte.
Corre de la oscuridad y verás luces.

El sol en lo alto brilla más.

ANTONIO BASALLOTE

LUCES EN LA OSCURIDAD

Poco a poco, la oscuridad
que veía frente a mi ventana
se fue llenando de diminutas
luces que dieron nueva vida
a la desierta calle donde un gato
maullaba asustado por la lluvia
que caía sobre el asfalto.

En mi oscuridad, esa oscuridad
que nadie ve, necesito luces
que me alumbren el camino a seguir
porque andar a oscuras
entre vientos y mareas,
es una temeridad o tal vez una locura
que no me puedo permitir.

No quiero chocar contra las paredes
ni con las raíces de los árboles.
No es momento de caer
sino de caminar erguido,
mirando al frente, y para eso
hacen falta luces en la oscuridad.

JOSÉ LUIS RUBIO



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