lunes, 14 de enero de 2013

LAVANDERAS DEL RÍO CHICO


“Paso ríos, paso fuentes,
siempre te encuentro lavando.
La hermosura de tu cara
El agua la va llevando” (Anónimo)

Pulsas el río;
tocas
su eléctrica materia transparente.
Y él la imagen devuelve, agradecido,
de tu rostro de greda adolescente.

Sus largos dedos de agua
te acarician.
Es árbol de cristal el que sustentas
y en ti se nutren sus raíces líquidas.

Cuando sacas tus ropas
nace el alba.
(Roja, azul, amarilla,
blanca...)

Y cuando las recojes,
el crepúsculo
tiende sólo de envidia
sus banderas moradas.

Regresas con tus huestes de colores.
Detrás de ti, la luz
desata sus fulgores.

Bates
el tambor ronco de la piedra,
como si convocaras a tu lado
todos los minerales de la tierra.

¿Es el tiempo
quien lleva tu hermosura?
¿Es su firme pulir,
su largo viento?

(El tiempo es duro, seco,
Desecha la blandura de la carne:
busca lo sustancial,
el hueso.)

O tal vez,
quien roba tu belleza es el esfuerzo;
el trajín cotidiano,
el sufrimiento.

Entre pálidas sábanas, enjuagas
tu color
y tu aliento.

Pero no... que es el agua.

Pero no... que es su espejo
quien se lleva cantando entre piedras
la corzuela en asombro de tus ojos
y el nocturno total de los cabellos.

Pero no... que es el río.

Pero no... que es el tiempo.

Pero no... que es el agua.

Pero no... es el esfuerzo...

“Paso ríos, paso fuentes,
siempre te encuentro lavando.
La hermosura de tu cara
El agua la va llevando”

Andrés Fidalgo 
Publicado en la revista Escritoras Unidas y Cía

No hay comentarios:

Publicar un comentario