ayúdame,
elévame,
súbeme a la azotea de la razón,
cerca de tu latido.
cántame,
háblame al oído,
no dejes que mi tiempo pase
cual veloz flecha sin destino,
perdido valgo poco,
contigo…
Golpéameme,
agítame, mis puertas se abrirán,
conocemos el camino,
yo sé mi pasado.
Bésame,
cúrame, corre, pasión, corre…
Tú eres sincera, aun respirando.
Ámame, este es mi sino,
yo nada puedo ofrecerte.
Soy un sacrificio más de fantasía.
Suéñame,
despiértame,
dime que aún estoy vivo,
y mi boca te dirá: “te amo”
Apóyame,
enciérrame en solitario vacío.
Cuántos besos mis labios te dieron,
en el espacio reducido
de tu yo y el mío.
Recuérdame,
ilusióname con sentimientos mi vida.
Todo el aire que creo respirar,
niebla de la noche, huele a erotismo, mi vida.
Recorrí tu cuerpo desnudo,
dormías…
Me encontré las montañas nevada,
despertabas.
Tu alma,
dámela, no me la niegues a mí.
Te suplico amor, ternura, cariño,
míralo en mi mirada.
Ríeme, a carcajadas,
llena la copa de licor
que embriaga mi destino.
puede que me consuma en tu sed.
Ayúdame,
elévame…
Me derretiré en tu nido.
J. Antonio Nogueras
Publicado por María Sánchez en el blog La casa del valle
No hay comentarios:
Publicar un comentario