Mujeres grávidas todas.
Todas con sus mondongos al viento
con patillas
y rechonchas protuberancias.
Las frentes con sus surcos,
las partes pudendas,
el desierto,
los coños,
la polla.
Azafatas de congresos falsos:
sus futuros supurando leche rica en calcio
y en vitaminas bicolores
como pajarillos violentos.
Colibrí de mil orejas,
y sus barrigas en flor.
Todo dios con un ser dentro,
y dos o tres no lo saben
y una de ellas
gritará su coño carbón.
Su coño cuervo es azul
y entre miedos
y gozos de los sentidos
y de la carne.
Embarazos.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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