domingo, 13 de enero de 2013

EL MESÓN Y LA VIDA


Este refugio entre albahaca y azafrán.
Un techo manchado de aceite: aurora boreal,
que refleja el recuerdo mi infancia
con elegantes pinceles mojados
y voces prohibidas y flores abiertas.
Verde refugio; santuario nostálgico
donde me resguardo del mundo sensible,
del mundo de grises telas y paisajes opacos.
Me sumerjo en mi cueva afable,
lugar ideal de copas, burdeos y riojas;
De platos como pinturas rupestres
llenos de frutas desnudas por mis manos,
por mis dientes y mis ojos huraños
como putas necesitadas de verdaderos bríos
(tristes niñas miradas senilmente).

Olvido que soy porcelana,
un simple adorno de mesa quebrándose,
y, solo aquí, soy persona,
solo aquí puedo morir bebiendo tés
y riendo, pero al fin vivir de verdad,
recreando recetas en platos vírgenes,
levantando las manos como olas.

¡Gritar, fumar, morir!
Pero al fin vivir.


Del libro El faro desnudo de OMAR GARZÓN PINTO -Colombia-


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