martes, 19 de junio de 2018

PRESAGIOS


Cuando el sol moribundo se desangre,
sobre el océano que ruge sus memorias
la piel que acompaña mis historias,
sentirá el frío de las sombras.

En mi ayuda vendrán quizás macabros,
danzarines exhortos de la muerte
y en un escenario hecho escombros,
danzaré hasta quedar inerte.

Cuando esos macabros danzarines,
hayan dejado en mí, sus huellas negras,
otro grupo de intrusos arlequines
harán de mi vida una comedia.

Presintiendo la hora del ocaso,
me pondré mis tristezas bajo el brazo
envolviéndome en el aíre del silencio,
caminando por las calles tristes del olvido.

Y seguiré siendo mientras viva
en este mar inmenso de la vida,
una nave esquivando tempestades
o una balsa solitaria a la deriva.

Raquel Alejo Espinoza

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