Ven a compartir tu frío con el mío
Dejemos que nos rocen
las manos tibias por aquí
o rocen por allá.
Si el frío se los permite.
Jamás dos polos se derriten
por muy opuestos o helados,
porque el frío también es compañía.
En verdad te digo:
que tú no estás tan sola sin mí,
mi soledad te acompaña.
Si para ti fui una sombra
cuando cubrí tu cuerpo,
y ciegos eran mis ojos
cuando te besaba.
Tus labios siempre
le dieron voz a mis poemas.
Ojalá que en la distancia
sueñes que siempre te sueño.
y que de ese sueño sin fin
deseo que nunca despiertes,
Que el alba nos encuentre
helados, sin aliento, sin figura
Porque a la luz del día
nuestro amor es pequeño.
Y yo nunca me siento solo sin ti
porque tu soledad me acompaña.
Carlos Posadas -México-
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