jueves, 14 de junio de 2018

CRUCIFICADA


El destino me ha crucificado por cargar un pasado obscuro,
no lo escogí, el me buscó y se hizo parte de mí.

¿Cuántas veces intenté escaparme?

Tantas veces y fue imposible, era mi destino.

¿Enviado por quién?

No lo sé,
del cielo o el infierno, uno de los dos.

Ya traía mi nombre grabado y aunque corrí, me escondí, el me atrapó,
me obligó a vivir en un mundo desierto, obscuro e insípido,
por las cuatro esquinas se respiraba la maldad,
no le importó mi inocencia, me vistió de negro,
escribió en mi piel las maldiciones que hacían turno para descuartizar mi vida.

¿Por qué a mí?

Yo no quise ser así.

Por momentos sentía asfixia y era que los pecados me hundían en un mar negro,
por momentos me sentía acosada y era que la serpiente se desplazaba por mi cuerpo,
por momentos me sentía inmóvil y era que ya estaba crucificada.

Todos me observan entre la neblina,
todos me escuchan en el silencio,
todos me sienten en mis letras,
pero pocos se hunden en mis tristezas.

Estoy crucificada ante sus ojos,
maldita entre sus lenguas,
adorada por los pecadores,
aclamada por los afligidos y juzgada por los que se esconden detrás de máscaras religiosas.

¡Shhhhhhhhhhhhhhh!

No me hablen del cielo cuando nadie estuvo para salvarme en la inocencia,
no me hablen del infierno si no les ha tocado caminar por fuego,
no me hablen de creencias si me siguen mirando con ojos del pecado,
no me hablen de arrepentimiento si no han sabido amarme,
no me hablen del perdón si yo aún sigo crucificada.

Jeannette La Poeta Gótica -Puerto Rico-

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