¡Me cautivaste con tanta magnificencia!,
siento lo más divino de amarte siempre,
¡perlita!, ¡mi Vida pende de tu emoción!,
porque tu presencia, ¡me es fascinante!
Enloquecí- prendiste fuego apasionado,
la llama del amor esparcido con fulgore,
encrespa como la fogata tan seductora.
En esa noche sensual,¡avivé el éxtasis!,
estando excelso en su pleno esplendor,
sentí la fruición más deliciosa del amor.
Julio César Portella Medina -Perú-
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