Avanzamos en paralelo
por la misma calle,
en aceras distintas.
Esquivando nuestras miradas.
Sin dejar que los dardos
nos hieran de amor.
Vete por esa vereda,
yo iré por ésta.
No voltees ni con la tenue mirada
lastimando nuestras vidas.
Yo aunque quisiera,
te juro, no lo haré.
Avanza confiada,
y si alguna vez cayeras
en tropiezo lastimero;
yo cruzaré por levantarte.
Sin darme cuenta,
se unirán nuestras miradas,
acariciando tus manos maltratadas.
Pero hoy no,
ni en el pensamiento.
No cruces la calle,
ni siquiera lo intentes.
Sigue tu camino jalando a tu niño.
Allá en la esquina,
alguien me espera.
Tú voltearás
y me iré con ella.
Delfín Giraldo V. -Perú-
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