José, preso de un bastón,
cruzó las calles con calma,
pero vio más con el alma
que otros que tienen visión
y cuando el cáncer bribón
lo condenó a los salones,
tuvo tres hijos varones:
Eloy, Montuno y Yasel
que se volvieron por él
sus ojos y sus bastones.
Yasel García Cortes
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