martes, 27 de marzo de 2018

ODA A LA POESÍA


Sustancia y razón de ser,
Dicen que tú eres,
¡Oh! Amante sin igual de mi existencia,
Alma y nervio de mí, flor perfumada,
Aurora boreal, estrella clara.
¡Oh! Inefable placer, amiga, hermana,
Que torturas mi ser, cautivas mi alma,
Habitante de mí, silente y blanca,
Adherida te llevo en mis entrañas.

Pasión angelical. Ninfa temprana,
Dulce y preciosa musa inspiradora,
De amores, de coloquios o de gestas,
Altas e inagotables como el agua.
Médula de mis huesos,
Rosa de mi jardín. ¡oh! Poesía,
Me cautivas, me sometes,
Tus encantos me adormecen,
Tienes la mirada inocente de una niña,
Tienes la vocecita dulce
De adolescente en ciernes,
Tu abrazo es como el alba,
Grato, ineludible,
Como llega al amor, fuerte, silente.
Mi piel está llena de ti
Vas en mi sangre,
Recorres palmo a palmo todo mi ser,
Eres mi encanto,
Encadenado estoy al pilar de tus sueños
Eres mi gran visión
Y es tan dulce y sublime
Estar atado a ti, flor de los astros.
Cuando vienes a mí
Siempre excitante
Superlativo de mi amor
Sensual, candente,
Tu abrazo me enloquece,
Me eleva, me sometes
En un orgasmo eterno
¡Oh! reina de los Aedos
Siempre virgen.
En fin, eres del Eterno el instrumento,
Placentero y sublime que cautivas,
A sensibles almas que dispuestas
Se someten a tu lírica voz,
Como profetas.
¡Oh substancia y razón de mí!
¡Oh! amante sin igual!
¡Oh estrella clara!
Mensajera de Dios
Que tomas mi alma,
Para hablarnos de amor,
Tristeza o calma.
¡Oh numen de los bardos!
Gran señora,
¡Oh novia de los vates y rapsodas!
Inspiración de trovadores y poetas,
¡Oh, Calíope del Helicón, gran protectora!

JOSE RUEDA A. 

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