“No he nacido para un sólo rincón ni como un
árbol, mi patria es todo el mundo”.
Séneca
Ven hermano, y en ronda navideña,
dame un puñado de argamasa humana,
para hacer mestizaje irreductible,
y así, imbricados, alcanzar más fuerza.
Rompamos las barreras de egoísmos,
de inútiles y fatuas ambiciones,
icemos la bandera universal;
vayamos desde el valle hasta la cumbre;
del pastoril, bucólico silencio,
al loco tráfago de las babeles;
toquemos las campanas a rebato,
para decirle al mundo en nuestra angustia,
que es necesario rescatar la esencia;
que es imperioso rescatar valores,
del ente humano, que en aqueste cosmos,
en feral egoísmo se debate.
Icemos una universal bandera;
la de todas las razas y los pueblos;
un crístico pendón que noble diga:
de efimero sendero, hermanos somos,
transitando por tierra comunal,
tierra baldía, de todos y de nadie,
que sabio, Dios , para amelgar nos dio.
Ven, hermano, que suenen cascabeles,
que sanen corazones resentidos;
erradiquemos la insensata guerra,
la que tiñe con sangre fratricida,
la que separa y orfandad nos deja.
Ven, hermano, rompamos las cadenas,
demos sentido a la palabra AMOR,
que el HOMBRE NUEVO, al fin consiga paz,
y que esta brille cual sagrada estrella,
cual la que puso Dios allí en Belén
señalando que así, en humilde lecho,
nacía Jesús, el Redentor del Mundo,
para enseñarnos la palabra AMOR.
Vamos, hermano, que hoy es Navidad:
dame tu brazo, hagamos una ronda,
de AMOR y PAZ, una perpetua ronda.
¡Demos sentido a la palabra ¡AMOR!
Leonora Acuña de Marmolejo
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