sábado, 3 de diciembre de 2016

RISA DE CIRUELO


Jamás olvido el ritual de la una de la tarde:
Un mantel blanco como de luz de azúcar
preparaba la llegada de papá;
mamá nos lo anunciaba.
Lo veo venir con azul o gris vestido,
de corbata,
zapatos como espejos.
De sus mejores abrazos, llenos los bolsillos,
y en su mirada como de sol naciente,
dibujadas largas horas de trabajo.
Mi padre, el de la entrega como de mar abierto,
el de los chistes de sabor a risa de ciruelos.
El que vimos hacer sus maletas de arco iris…
¡Mi padre, Ignacio!


Del libro "Gaviotas de Azogue" de Adela Guerrero Collazos -Colombia-
Publicado en el blog elescribidor

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