II
Me senté al borde de mí misma.
Me vi pasar.
Entre sombras y después, entre lluvias y olas
me vi pasar.
Miré mis ansias, mis viejos latires,
mi antiguo dolor.
Oí mis ojos preguntando por mí.
La voz callada decía “no estoy”.
Mis pasos volvían del día después.
Mis huesos se tendieron a lo largo de mi piel.
Fueron mis manos la prisa del silencio.
Anduvo mi sangre a orillas del miedo.
No sé dónde he estado la noche pasada.
Debió ser muy lejos pues ni yo estaba.
Cerré los ojos y durmió mi cuerpo
el viejo sueño de cada vez que muero.
Mar adentro, navego travesías
tormentas, desvelos.
Mar adentro, todo es otro
mas es siempre igual el espejo.
Entonces despierto
y pregunto a las sombras quién era yo en el sueño.
Mariella Huelmo Guerra -Uruguay-
Compartido por Juan de Marsilio
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