Cada uno de los integrantes de la Legión Quijotera recibió el mensaje.
«Presentarse en cuatro horas junto al quinto molino del hangar para recibir el Bálsamo de Fierabrás y partir a la defensa del satélite KJ—3».
Los cien miembros de la Legión se presentaron; con su piloto y al mismo ayudante; cada uno de estos tomó los ingredientes para la preparación del bálsamo y poder proporcionarlo a su legionario.
Con todas las naves de la Legión en el aire se preparó el salto. Entonces encontraron un infinito número de naves espaciales rodeando el KJ—3.
La misión estaba definida: SALVAR EL SATÉLITE. Los cien ayudantes no cesaban de preparar el bálsamo mágico para abastecer a su legionario.
El tiempo de batalla no importó.
La Legión Quijotera ya estaba de regreso: Victoriosa.
Omar Martínez González (Cuba)
Publicado en la revista digital Minatura 153
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