En la puerta de la villa
me encontré con los pastores.
Iban buscando a María
para cantarle canciones.
Me ofrecieron polvorones
y de anís una copita
y tocando los tambores
fuimos en pos de María.
En el Belén la encontramos
con el Niño entre los brazos.
Un villancico cantamos
y a José dimos la mano.
Polvorones y pestiños
y chocolate caliente
le regalamos al Niño
y un puñado de juguetes.
Ya se fueron los pastores
muy sonrientes y contentos,
golpeando los tambores,
panderetas y panderos.
JOSÉ LUIS RUBIO
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