jueves, 22 de diciembre de 2016

EN LA ESTACIÓN


El desamparo del andén
era tu mano enguantada en la maleta,
una mirada demorada en el confín de los raíles,
el futuro nebuloso, la novedad, el adiós,
la megafonía metálica invadiendo
el frío sudor en las sienes.
Esperabas el tren
deseando que no llegara,
pidiendo vías desbocadas
acabando en otro camino,
esperabas la mano de un cualquiera
que apretara tu hombro
y reconocer el rostro de quien amabas
entre tanto tiempo desperdiciado.
Mordías el filtro del pitillo
como si partieras el cuello a la desesperación
y quisieras aferrarte a un instante
en el que todo pudiera cambiar,
que fueran estrenados otra vez los inviernos,
que los besos sólo fueran de una boca.
Anochecía tristemente
como un telón mortífero
que diera todo por zanjado;
el viaje sería un túnel inagotable
huyendo de cualquier ocaso.

MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO -Madrid-

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