Apoyado en el precipicio,
soy la incógnita que recorre las calles
solitario,
carcomido por las uñas de la fiereza,
plantando dudas por entre los parterres
y las derrotas,
soñando con ser el emisor
que olfatee el miedo
y que recubra su furia
con la dama
que gane su silencio,
con sonrisas evanescentes.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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