No he conocido el amor — motivo de mis cantares. Sombra de un pájaro enorme que entre mis manos no cabe, desde la luz se proyecta sobre mi limpio paisaje.
No he conocido el amor fecundador de mis frases. Que al amor oculto y solo “amor” no lo llama nadie.
Irma Cuña
Publicado en la revista LaMásMédula
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