domingo, 4 de diciembre de 2016

ALBORES


Albores
cruzan sus ojos y los míos
Interminables miradas
Toma sus manos en las mías
Entre inacabables caricias.
Desprenden los cuerpos tibieza
al fragor de las mil noches
infatigables madrugadas
de mojados amaneceres.
Atrás queda el crepúsculo
A lo lejos quedó el rocío
Sólo nos queda en la piel
los rayos del alba.

MERCEDES GIL -Venezuela-

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