martes, 11 de octubre de 2016
VIVA Y MUERTA
Lugar: Dormitorio principal
Año: 1998
Existen reflexiones en nuestros pensamientos
que escapan a la linealidad de las palabras
y solo viven en el mundo de lo abstracto.
Siempre estás allí sentada
mirando absorta esas páginas
de libros ya caducos,
inventando inventos ya inventados
y sonriéndole con cinismo a la muerte.
Pero aunque te juzgue,
no podré maldecir tus memorias.
Solo camino descalzo
tratando de aferrarme a esta tierra;
tú te fuiste Margot
y ahora solo me queda la esperanza
de una muerte prematura.
Hoy las pastillas recorren mi garganta
como el desayuno matutino,
y a pesar del tiempo,
aún no puedo maldecir tus memorias.
El olor de esta habitación
nunca volverá a ser el de la leche caliente
de nuestras mañanas;
solo los cuadros rectangulares de mis baldosas
siguen acompañándome,
y mi soledad nunca me abandonará
hasta que yo parta primero.
Es cierto que la maldición de estar vivo
flagela mi alma;
hoy mi espíritu añora con fuerza
esos abrazos de hermandad
que se convertían
en obscenas escenas de misericordia;
y tú ahí como siempre
burlándote de mis desgracias,
escribiendo signos que me condenarán
a tu imposible retorno.
Esa eres tú Margot,
una mala y falsa verdad,
un absurdo en la nada;
mejor no vuelvas
porque solo en la lejanía
tus memorias nunca serán malditas.
Álvaro Acevedo Merlano -Colombia-
Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 70
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