En esta piel mía
muralla de piedra,
en ella cohabito
en extraña conjunción.
En congruente relación
ambas nos mantenemos
nutrimos nuestra existencia
entre capas y escamas.
Congosto desfiladero
como garganta montañosa,
entre mi paladar y mi lengua,
los labios se acongojan entre penas y tristezas.
Unas veces se congracian,
simpatizan por momentos,
mi piel siente benevolencia
se abandona y se expresa…
Sus poros se dilatan
y dejan respirar a mi carne
ahogada entre sus paredes de piedra,
oxigeno para mi existir y relax para ella…
Maldita condena,
me hallo dentro de ella,
acartonada y agria no se revela,
me mantiene en sus garras.
Reina la confusión
entre nosotras, el desorden
es la nota que nos lleva,
sin claridad ni querencia…
…Llenas de equivocación,
perplejidad y latidos que dan pena…
LOLA WIZNER
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