"Cuando lo mediocre se hace presa, sabes que, al ser más de lo mismo, nada lo distingue ni diferencia, toda emoción o sonrisa es gafada, toda aportación mutilada. ¿Recojo mis velas y me aparto del espejismo, o me vuelvo de tierra de nadie, esta vez consciente por lo menos?"-Me decía Elisa-"Luego, solo quedará subirme las bragas, simulando una sonrisa de cartón".
Me alejé sin contestarle, era una mujer sublime y triste, vacía como quedó. Una alondra prisionera de los buitres, ansiosa por un trozo de luna que no llegó. Era una luna rota.
Nuria González Carrillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario