(DONDE MUEREN LOS DESEOS)
Mi canción es el conjuro,
mi pasado es el olvido,
tu recuerdo mi futuro
y tus lágrimas mi vino.
Sin escalas ni temores, con mi vela por bandera,
el timón y mis razones son un sueño de sirenas,
dirección el horizonte, mi destino quien me espera.
Camino de olas y de estrellas,
las que mecen me acompañan,
las que guían me serenan.
Voy cambiando cada rumbo
al albur de tus destinos
y me siento vagabundo.
Ya despuntan las miradas
de las olas que te buscan,
ya se acerca la mañana
a las aguas de mis dudas.
Sin escalas ni temores, con mi vela por bandera,
el timón y mis razones son un sueño de sirenas,
dirección el horizonte, mi destino quien me espera.
A lo lejos mar en calma
y ni un rumor de tu figura,
tu silueta se enmaraña
en mi alma tan desnuda,
que de noche fue tan clara
como al alba mi amargura.
Ya no quiero otra marea
que naufrague en mis heridas,
ya no quiero magia artera
que conjure el alma mía.
Sin escalas ni temores, con mi vela por bandera,
el timón y mis razones son un sueño de sirenas,
dirección el horizonte, mi destino quien me espera.
Esta mar es quien me entierra
con mi culpa favorita,
ilusiones en la arena
y una cruz de piedra fría.
Con mi amor en su confín
y entre farsas estos huesos,
ella nunca estuvo allí
yo nunca salí del puerto.
Ella nunca estuvo allí
donde habitan mis deseos,
ella nunca estuvo allí
y yo nunca salí del puerto.
Gustavo González -Valladolid-
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