Hojas brillan como el Sol.
Desde la flor de la lenteja de agua,
el colibrí salta y pasea
bebiendo los néctares de las flores.
Ecos vienen de algún lugar.
Y lentos mantras de lo alto,
con golpes de varas,
rezan letanías.
Y todos los sentidos
se hallan despiertos a la alegría.
Tan profunda energía removida,
que en el breve tiempo
de un cansado soplido,
llamaran a los mortales a gozar
de eso que llaman felicidad.
Ana María Lorenzo.
Artículo en la revista digital Teoría Ómicron
Hace 14 horas
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