llenan de canto toda la casa.
Sin jaulas de oro por la mañana,
trepan la vida hasta la terraza.
Gorriones libres, alas con alas,
estrofa suelta, nota sin falta.
Ni van, ni esperan, ni huyen, ni nada,
solo son libres... con eso basta.
Cómo te envidia, pienso, la raza
del pobre pájaro que vive en jaula,
por ser hermoso y que a veces anda
tras el barrote bastardo y maula,
mordiendo el polvo de una batalla,
que ni siquiera muerto se acaba.
Para ser libre, morir no alcanza.
Gorriones libres... de mi ventana...
José Larralde -Argentina-
Publicado en la 2ª Antología de poetas argentinos
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