sábado, 3 de agosto de 2013

SER O NO SER

¡Ser o no ser, he aquí el dilema! Romperse la espalda en luchas ideológicas que nunca parece que puedan triunfar, o refugiarse entre las acogedoras sombras dentro de la torre de cristal. ¿Hay término medio?

Miro la calavera, y el fantasma aparece en lo alto de las escaleras-mente, y me grita: ¡Necio, ¿acaso crees poder cambiar el mundo? No sé qué responderle y de nuevo miro al descarnado rostro sin ojos. El espectro ríe a carcajadas mientras el resto del mundo aguarda en silencio.

¡Nunca más! Grita la calavera-conciencia, y mi corazón palpita, angustiado, sin querer saber qué ha entendido, qué entiende. ¡Destino, dime qué he de hacer! La niebla ha sustituido al fantasma y cubre ahora, mortaja-olvido, las ruinas del Templo. Una solitaria y desgarrada bandera ondea breves instantes y luego cae, engullida por el olvido. ¡Nunca más!

Despierto. Giro la cabeza y observo el despertador-calavera-espectro. Son las seis y media de la madrugada: hora de levantarse. ¡Ser o no ser! Hoy, ser; mañana, no se sabe.

Francisco J. Segovia -Granada-

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