martes, 27 de agosto de 2013

JUVENTUD

De mis dos juventudes, he perdido
la que no vio pasar años y amores.
Eran tiempos de urgencias, sin temores,
honrando a la deidad de la libido.

Me queda la segunda, la que ha sido
forjada a golpes, lágrimas, rigores,
y que, a pesar de múltiples errores,
me ha legado la luz del elegido.

Tantos, entrando en años, languidecen…
Los menos son proyectos que encanecen
sin dejar extinguirse su fervor.

Mi tiempo es limitado, mas ¿qué importa?
Intensidad y ahora es lo que aporta
a nuestra vida juvenil vigor.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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