lunes, 5 de agosto de 2013

ERAS

Quien me enamoró en la mitad de mi nada
el que me hablaba de ausencias y de ternuras perdidas
el hombre que me prometió amor eterno
la persona que amaba pasearme en brazos a la orilla del mar

quien decía pensarme de día y de noche
el ser que convirtió en bálsamo mis jornadas calientes
el sensual, lascivo, incontinente torrente de pasiones
el libertino que me convirtió en lujuriosa dama rendida a sus pies

el marinero que nadó contra todas las corrientes
el soñador de mil quimeras diferentes
el jardinero de las rosas de mis ensueños
el hombre libidinoso y al mismo tiempo la ternura y la delicadeza.

Eras el Adán del edén que me mecía en tules de algodón
el afecto, la ternura y la afección en la blandura de mi alma
la fiereza, el mimo, y la sensibilidad que me inundaba de placer
eras, amor mío, el fruto prohibido de mi ansiado paraíso.

Sil Cari -Argentina-

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