jueves, 1 de agosto de 2013

ALTAMAR DE VINO Y ROSAS

Navego en altamar de vino y rosas,
en la calma de las tenues olas,
con la luz por horizonte
y a mi estela los rumores de las sombras.

Nunca me vestí de las plegarias
ni de la púrpura necesaria.
Me desvisten las envidias
y me arropan las ideas libertarias.

Vencí porque algunos me siguen
y porque tantos me persiguen.

A mis perseguidores paz y empeño,
disfrutad de lo bueno y lo pequeño,
a mis fieles tripulantes
la promesa de otro libre desempeño.

Amar más de lo que aman los hombres
es el infierno donde habitan los dioses.
Amad, tan solo amad
sin contar cuanto nos aman los hombres.

Gustavo González -Valladolid-

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