jueves, 2 de mayo de 2013

CANTAD


Sentada miro hacia lo alto.
Bellezas celestes abandonadas en los aires.
Cantad, seguid cantando, plumíferos del viento.
Cantad en todos los rincones ilimitados.
En la noche, en el día…
Seguid cantando en las horas y el tiempo,
que vuestros gorjeos suenen a flautas
con voces casi humanas
que confundan a los poderosos.
¡Oh, cantad con esa libertad tierna!
¡Oh, volad salvajes con el alma abierta!
Sólo vuestros trinos son los que oigo.
No importa que me detengan,
siempre jazmines adornarán mi encierro
y vuestra voz cantando entre mis rejas.

Ana María Lorenzo.

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