A veces sueño que soy otra;
tú no lo sabes y me despiertas con esa
sonrisa
que me abraza y me aniquila.
Aunque hay días que la dejas escapar
por esa rendija de tu mal caracter.
Cuando soy otra,
suelo pasear por Manhatan a media noche,
o leer mi poema preferido a orillas del rio Hudson
Los placeres del mundo se dividen en dos:
tu boca,
y bañarme desnuda en el mar de Mármara
guardando en mi retina la belleza
del Bósforo y de tus ojos cuando se detienen
en mi cuello, y me absorben la vida.
Todo es perfecto cuando me sueño otra, y
al despertar, estás ahí, pegado a mí,
preguntándome que camisa te pones
para la reunión con tu jefe.
PURI TERUEL ROBLEDILLO
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