domingo, 13 de enero de 2013

SOMBRAS


Golpeo mi cabeza contra la pared
buscando una salida a la locura
que me invade desde el momento
en que amanecí en una celda.

El sonido de las botas claveteadas
recorre los pasillos ominosos
propagando un golpeteo seco
lleno de malos presagios.

Aferro las rejas metálicas
incapaz de huir de mi condena
porque la condena de crecer
me es imposible de superar.

Me planteo que es lo que me espera:
¿Una lenta muerte lenta y dolorosa?
¿El olor de la carne quemada en la silla eléctrica?
¿Años de miseria imposibles de superar?

Observo a mis compañeros de infortunio
sin experimentar compasión alguna
anhelando la muerte de la sociedad corrupta
que aniquila mi preciada libertad.

Dios me ha abandonado hace tiempo
no espero su clemencia ni que perdone
los pecados que he cometido por culpa
de las estupideces que me ha traído hasta aquí.

Por ello he prescindido de cualquier noción
de esperanza que pueda depositar en los demás
antes de sostener una cucharilla mellada
dispuesto a cortarme las venas.

ALEXIS BRITO DELGADO

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