domingo, 13 de enero de 2013

NOCHE


Con Esther González Sánchez

El murmurio y su noche sugería,
a mis plenas pupilas andariegas,
un sembrado de trigo entre fanegas
que mi propio silencio repetía,

y era de oro calzada estantería,
bastión de un dorado haciendo entregas,
igual que en el oscuro, un grito a ciegas
de tránsito en vivaz mensajería.

La lengua de las horas recorría
los binomios del sol y de la espiga,
requeridos en gárgolas entregas;

Fue un dopaje de luz en romería
que entre estambres de gozo y maestría,
subastaba la umbría en mis bodegas.

Rodolfo Leiro.
Publicado en la revista Nevando en la Guinea

No hay comentarios:

Publicar un comentario