Cuantas veces ...
hijo de mis entrañas
llegastes a casa
muy triste y confundido.
Pobre hijo mío .!.
ya estabas condenado...
a un mal , sin remedio...
sin alivio.
Tus palabras incoherentes
tu desidia en el vestir ..
síntomas de esquizofrenia ;
que regían tu existir.
Y decides... finalizar tus días...
para aliviar tu mal.. y descansar...
Ya no charlaremos por las tardes...
en el portal de la casa;
ni volveremos a jugar...
otra partida de ajedrez.
Ahora... somos...
dimensiones diferentes;
pero con fé...
te encontraré otra vez.
Alma Pérez Canela -Panamá-
Publicado en el blog panamapoesia
No hay comentarios:
Publicar un comentario